La tumba rosa (Elsa Darretta)

El nuevo día terminó con un cielo hermoso, despejado.
Estoy sentada frente a la tumba. Pensando, imaginando, recordando. Estoy sola. Completamente sola. Ya todos se marcharon. También se marchó la hipocresía. Vino por cumplido. Porque queda bien.
Los pensamientos vuelan. Tratan de apurarse  para que no los olvide. Para que no se desvanezcan en el tiempo. Tiempo eterno.
Estoy sintiendo frío. Estoy sintiendo miedo a esta soledad.  No puedo llorar. Mis ojos están secos. ¿Y qué razón hay para llorar?  ¿Por lo que fue? ¿Por  el tiempo perdido?
La tumba está hermosa. Adornada con mil azaleas rosas. Es la mejor sepultura del cementerio. Será porque es nuevita. Color rosa por todos lados. En los maceteros, en los floreros, al lado de la imagen de la Virgen… ¿Para qué...?
Ya es hora. Tengo que entrar.  Mi cuerpo me espera. Ya siento el olor a la tierra húmeda. Tal vez  pueda huir antes de que lleguen los gusanos a comer la carne. A lo mejor tengo suerte y mi alma huya antes…
¿Acaso esto no es liberación? Ya pasó todo. Ya pasó la vida. Todo queda en el olvido…
¡Basta! Quiero dejarme llevar. No quiero oírme más ¡Me estoy volviendo loca¿Loca? Más bien yo diría muerta.

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